Hoy, más que nunca, las sociedades se preocupan por el cuidado de la salud, desde la prevención hasta el correcto tratamiento de las enfermedades. Desde luego, sabemos que este aumento de consciencia, sobre todo en meses recientes, responde a la pandemia que desde el año pasado afecta a todo el mundo. De todas formas, y gracias a la creciente tasa de personas con enfermedades crónicas y/o degenerativas, es de esperar que esta tendencia se mantenga o crezca, y que cada vez más personas cuenten con información y atención médica suficientes.
Esto sucederá si tomamos en cuenta las circunstancias en que vivimos. Desde hace años el sistema de salud en México ha evolucionado, pero aún existen retos importantes. Puedo mencionar tres que considero importantes:
De todos los miembros de la OCDE, nuestro país es el segundo con el gasto de bolsillo más alto en salud. ¿Esto qué quiere decir? Que las personas en México destinan, del ingreso personal o familiar, más del doble que sus pares en otros países. Esto afecta su capacidad de ahorro, de planeación a futuro y de inversión en otros proyectos..
Por otro lado está el acceso a historias clínicas de pacientes.. En algunos casos, vemos que no hay una integración total en los servicios privados de salud. Cada hospital, médico, especialista y técnico lleva registros aislados que, de otra forma, con una plataforma compartida, harían más eficiente y preciso el servicio. Es verdad que estamos avanzando en la creación e implementación de Expedientes Clínicos Electrónicos Interoperables, –de hecho, en el congreso ya se lanzó una iniciativa para hacerlos obligatorios– y la DGIS ha sentado las bases para la comunicación entre expedientes, pero eso no basta. Aún tenemos un largo camino que recorrer, que al final, impactará positivamente en los pacientes. Solo así tendremos una verdadera sincronización en los servicios..
Finalmente, cabe señalar el acceso a los medicamentos y servicios de salud. En el sector de salud privada, no se ha implementado la interoperación de recetas electrónicas. Esto, que podría parecer una idea sencilla, marca una diferencia enorme para los pacientes al momento de adquirir sus tratamientos. Debemos buscar, ante todo, que el proceso sea simple, integrado y que los pacientes no tengan que preocuparse por los detalles. El acceso general a los medicamentos, mediante una receta segura y electrónica, debe ser un objetivo a corto plazo.
Sin duda, hay muchos otros retos y oportunidades que harán mejores los servicios de salud privada. Sin embargo, debemos empezar por acciones concretas y aterrizadas que tengan efectos en el corto y mediano plazo. Al final, los beneficiarios deben ser los pacientes y sus familias, sin ninguna distinción. Teniéndolo claro, podremos avanzar en conjunto.